d'on no n'hi ha no en raja

-Posa-hi més sal-

dissabte, 19 de febrer del 2011

INALIENABLE




Ja ho sabies. Sabies perfectament que, fins i tot els corcs, que mengen fusta, ho sabien, sabies que allò no podia ser, ja t’ho havien dit, ho sabies del cert. Que hi ho. Ho podies saber. Que hi ha roques, també hi ha animals que mengen roques, els dàtils de mar. I que hi ha veritats, encara que. Veritats que coneixies. Pirronista radical. Hi ha veritats que són com roques i a tu t’agradaria esculpir-les a cops de cap. Sang fracturada. Que hi ha. Ha. El futur es mor de gana. Això vol. Això s’ignifiga. Coi que caic. Pot ser a camara lenta, pot ser sobra el pot ser. Bé, diries que aquestes coses. Com un avi, pensament encarcarat, cos desmemoriat, segueixes anant cap a. S’aprèn més amb una tragèdia. Que amb una enciclopèdia, perquè. I un punxó. Ras. Oli. Algún dia m’expliques allò de. Perquè no es pot allargar per sempre l’. Au. El teu jo indefectible.

dimecres, 9 de febrer del 2011

HAVER CABUT:

Quiero vivir en tus pupilas
Ni memorias ni hostias
Vivir en tu vida cada instante
Incluso cada muerte nocturna
Quiero vivir en tus pupilas
Abandonar las mías
Y zambullirme en tus días
Y arroparme con tus párpados
Y peinar tus pestañas
Y des de tus oscuras cuevas
Pintar cuadros con los colores de tu iris
Y beber de tus lágrimas
Y esculpir con tus legañas
Y despertarme con el beso
De la luz por las mañanas
Y ver la lluvia y el sol y la luna
Y verte en los reflejos
Y no acordarme de nada
Sólo ver en cada instante
Lo que ven las nutrias.











































































dimarts, 8 de febrer del 2011

SATÈL·LIT:



“Atomo irrisorio, perdido en el cosmos inerte y desmesurado, sabe que su febril actividad no es més que un pequeño fenómeno local, efímero, sin sentido. Sabe que sus valores no le sirven más que a él, y que desde el punto de vista sideral, la caída de un imperio, o incluso la ruina de un ideal, no cuenta más que el hundimiento de un hormiguero bajo el pie de un paseante distraído.

De esta forma, no tendrá otro recurso más que aplicarse en olvidar la inmensidad bruta, que le aplasta y que le ignora. Repudiando el vértigo estéril de lo infinito, sordo al aterrador silencio de los espacios, tratará de volverse tan incósmico como inhumano es el universo; bravamente replegado sobre sí mismo, se consagrará humildemente, terrestremente, humanamente, a la realización de sus mezquinos designios, en los que fingirá poner la misma seriedad que si apuntasen a fines eternos.”


J. ROSTAND. El hombre. Alianza Ed. Madrid. 1968. Pàg. 188.